lunes, 25 de octubre de 2010

Criticones de música

Los críticos en general nunca han sido santos de mi devoción. Muchos olvidan cuán difícil es de hacer es lo que ellos sentados desde su mesa juzgan. Pero hoy lunes mis niveles de aborrecimiento hacia este sector han sido agravados exponencialmente gracias a los señores Jordi Bianciotto y Luís Hidalgo. Estos dos pseudocríticos, ataviados con aureolas de endiosamiento seguramente provocado por el honor de cobrar por plasmar sus opiniones en las webs de dos de los periódicos más leídos del país han demostrado, como de manera inmejorable ha descrito una amiga mía, "no tener ni puta idea" de lo que hablan.

Con expresiones como "un grupo que basa su directo en aquel disco de 1987" (refiriéndose al Appetite for Destruction, del que dudo sepan su nombre) o "el concierto de una banda que fue" han calificado al grupo Guns N' Roses y al concierto que dieron en Badalona el pasado sábado. Es evidente que estos auto-denominados críticos no han escuchado en su integridad (ni muy probablemente en su parcialidad) ningún álbum de la banda mas peligrosa del mundo. 

No contentos con demostrar que lo más cerca que estos hombres estuvieron el sábado del Pabellón Olímpico de Badalona fue viendo la inolvidable actuación de los Guns por Youtube al calificar la voz de Axl Rose cómo "una expresión gutural e histérica" o al álbum que presentaban (el Chinese Democracy, de 2009) cómo "sin una sola canción que pueda mover al público", se esforzaron en demostrar su ineptitud al  sorprenderse con la introducción de solos de guitarra y de piano entre algunas de las canciones, la improvisación de temas con bases de Pink Floyd, el alargamiento de canciones épicas como Knockin' on Heaven's Door (original de Bob Dylan), o la inclusión de temas de rock clásico como Whole Lotta Rosie de los veteranísimos del Hard Rock AC/DC. Cosas que llevan haciendo desde la época en que el bueno de Slash y compañía compartían excesos con el incontenible chico del pañuelo.

Pero no voy a entrar a debatir cada uno de los "argumentos" con los que estos infames wannabes de crítico de música han intentado tirar por tierra mediáticamente el tirón comercial y el seguimiento por parte de fans incondicionales que aún conserva la banda californiana en nuestro país. Pese a haber tocado tan sólo una vez con anterioridad a los 4 conciertos que han dado este año, y corría el año 1993. 

No voy a entrar a debatir porqué suficiente de mi tiempo he gastado ya leyendo esos dos pseudo-artículos (cuyos enlaces introduciré al final pese a la publicidad que haré de ellos) y podría pasarme horas metiendo en sus mentes cerradas toneladas de información que deberían saber de antemano antes de atreverse a criticar la actuación de estos héroes del rock. Puede ser que no sean los mismos, que hayan pasado años desde que la melena aún pelirroja de Axl recorriese estadios al son de la cocaína, el alcohol, la batería de Steve Adler (y posteriormente de Matt Sorum), las guitarras de Slash e Izzy Stradlin y el bajo percutido por Duff McKagan. Pero lo que este grupo, cuyo único miembro original es el cantante, sigue consiguiendo, mover masas de jóvenes y no tan jóvenes a ritmo de un rock'n'roll que parecía relegado a ensoñadores de épocas pasadas es, como mínimo, digno de mención. Por mucho que a simios, cuyo oído musical debió quedarse kilómetros atrás de la entrada del Pabellón, les pese.

Y cómo lo prometido es deuda:
Tan sólo espero que nos os sangren mucho los ojos, el oído y, sobretodo, el alma.