sábado, 28 de diciembre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (XIII)

En los albores del siglo XIII, el reino de Aragón se hacía rico, fuerte y poderoso. Petronila (una huerfanita de culebrón casi televisivo, heredera del reino) se había casado y comido perdices con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV; así que en el reinado del hijo de éstos, Alfonso II (el que se batió como un tigre en Las Navas), quedaron asentados Aragón y Cataluña bajo las cuatro barras de la monarquía aragonesa.

He aquí el héroe
Aquella familia tuvo la suerte de parir un chaval fuera de serie: se llamaba Jaime, fue el primer rey de Aragón con ese nombre, y pasó a la Historia con el apodo de El Conquistador no por las señoras entre las que anduvo, que también -era muy aficionado a intercambiar fluidos-, sino porque triplicó la extensión de su reino.

martes, 24 de diciembre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (XII)

Para el siglo XIII o por ahí, mientras en el norte se asentaban los reinos de Castilla, León, Navarra, Aragón, Portugal y el condado de Cataluña, los moros de Al Andalus se habían vuelto más bien blanditos, dicho en términos generales: casta funcionarial, recaudadores de impuestos, núcleos urbanos más o menos prósperos, agricultura, ganadería y tal. Gente por lo general pacífica, que ya no pensaba en reunificar los fragmentados reinos islámicos hispanos, y mucho menos en tener problemas con los cada vez más fuertes y arrogantes reinos cristianos.

La guerra, para la morisma, era más bien defensiva y si no quedaba más remedio. La clase dirigente se había tirado a la bartola y era incapaz de defender a sus súbditos; pero lo que peor veían los ultrafanáticos religiosos era que los preceptos del Corán se llevaban con bastante relajo: vino, carne de cerdo, poco velo y tal. Todo eso era visto con indignación y cierto cachondeo desde el norte de África, donde alguna gente, menos barnizada por el confort, miraba todavía hacia la península con ganas de buscarse la vida. De qué van estos mierdas, decían. Que los cristianos se los están comiendo sin pelar, no se respeta el Islam y esto es una vergüenza moruna.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (XI)

Tenía pensado hablarles hoy del Cid Campeador, en monográfico, porque el personaje es para darle de comer aparte. De él se ha usado y abusado a la hora de hablar de moros, cristianos, Reconquista y tal; y en tiempos de la historiografía franquista fue uno de los elementos simbólicos más sobados por la peña educativa en plan virtudes de la raza ibérica, convirtiéndolo en un patriota reunificador de la España medieval y dispersa, muy en la línea de los tebeos del Capitán Trueno y el Guerrero del Antifaz; hasta el punto de que en mis libros escolares del curso 58-59 figuraban todavía unos versos que cito de memoria: «La hidra roja se muere / de bayonetas cercada / y el Cid, con camisa azul / por el cielo azul cabalga». Para que se hagan idea.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (X)

Mientras Al Andalus se estancaba militarmente, con una sociedad artesana y rural que cada vez era menos inclinada a las trompetas y fanfarrias bélicas, los reinos cristianos del norte, monarquías jóvenes y ambiciosas, se lo montaban más de chulitos y agresivos, ampliando territorios, estableciendo alianzas y jugándose unos a otros la del chino Fumanchú en aquel tira y afloja que ahora llamamos Reconquista, pero que entonces sólo era buscarse la vida sin miras nacionales.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (IX)

Estábamos en que la palabra Reconquista vino luego, a toro pasado, y que los patriohistoriadores dedicados a glorificar el asunto de la empresa común hispánica y tal mintieron como bellacos; así como también mienten, sobre etapas posteriores, ciertos neohistoriadores del ultranacionalismo periférico.
En el tiempo que nos ocupa, los enclaves cristianos del norte bastante tenían con arreglárselas para sobrevivir, y no estaban de humor para soñar con recomponer Hispanias perdidas: unos pagaban tributo de vasallaje a los moros de Al Andalus y todos se lo montaban como podían, a menudo haciéndose la puñeta entre ellos, traicionándose y aliándose con el enemigo, hasta el punto de que los emires musulmanes del sur, dándose con el codo, se decían unos a otros: tranqui, colega Mojamé, colega Abdalá, que no hay color, dejemos que esos cantamañanas se desuellen unos a otros -lo que demuestra, por otra parte, que como profetas los emires tampoco tenían ni puta idea-.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (VIII)

Al principio de la España musulmana, los reinos cristianos del norte sólo fueron una nota a pie de página de la historia de Al Andalus.

Las cosas notables ocurrían en tierra de moros, mientras que la cristiandad bastante tenía con sobrevivir, más mal que bien, en las escarpadas montañas asturianas.
Todo ese camelo del espíritu de reconquista, el fuego sagrado de la nación hispana, la herencia visigodo-romana y demás parafernalia vino luego, cuando los reinos norteños crecieron, y sus reyes y pelotillas cortesanos tuvieron que justificar e inventarse una tradición y hasta una ideología.

Pero la realidad era más prosaica.

martes, 29 de octubre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (VII)

Estábamos en que los musulmanes, o sea, los moros, se habían hecho en sólo un par de años con casi toda la España visigoda; y que la peña local, acudiendo como suele en socorro del vencedor, se convirtió al Islam en masa, a excepción de una estrecha franja montañosa de la cornisa cantábrica.

lunes, 28 de octubre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (VI)

En el año 711, como dicen esos guasones versos que con tanta precisión clavan nuestra historia: «Llegaron los sarracenos / y nos molieron a palos; / que Dios ayuda a los malos / cuando son más que los buenos». Suponiendo que a los hispano-visigodos se los pudiera llamar buenos. Porque a ver. De una parte, dando alaridos en plan guerra santa a los infieles, llegaron por el norte de África las tribus árabes adictas al Islam, con su entusiasmo calentito, y los bereberes convertidos y empujados por ellos.

Para hacerse idea, sitúen en medio un estrecho de solo quince kilómetros de anchura, y pongan al otro lado una España, Hispania o como quieran llamarla -los musulmanes la llamaban Ispaniya, o Spania-, al estilo de la de ahora, pero en plan visigodo, o sea, cuatro millones de cabrones insolidarios y cainitas, cada uno de su padre y de su madre, enfrentados por rivalidades diversas, regidos por reyes que se asesinaban unos a otros y por obispos entrometidos y atentos a su negocio, con unos impuestos horrorosos y un expolio fiscal que habría hecho feliz a Mariano Rajoy y a sus más infames sicarios.

sábado, 26 de octubre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (V)

Y fue el caso, o sea, que mientras el imperio se iba a tomar por saco entre bárbaros por un lado y decadencia romana por otro, y el mundo civilizado se partía en pedazos, en la Hispania ocupada por los visigodos se discutía sobre el trascendental asunto de la Santísima Trinidad.

Y es que de entonces (siglo V más o menos), datan ya nuestros primeros pifostios religiosos, que tanto iban a dar de sí en esta tierra antaño fértil en conejos y siempre fértil en fanáticos y en gilipollas. Porque los visigodos, llamados por los romanos para controlar esto, eran arrianos. O sea, cristianos convertidos por el obispo hereje Arrio, que negaba que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tuvieran los mismos galones en la bocamanga; mientras que los nativos de origen romano, católicos obedientes a Roma, sostenían lo de un Dios uno, trino y no hay más que hablar porque lo quemo a usted si me discute.

lunes, 21 de octubre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (IV)

Pues aquí estábamos, cuatro o cinco siglos después de Cristo, en plena burbuja inmobiliaria, viviendo como ciudadanos del imperio romano; que era algo parecido a vivir como obispos pero en laico, con minas, agricultura, calzadas y acueductos, prósperos y tal, con el último modelo de cuadriga aparcado en la puerta, hipotecándonos para ir de vacaciones a las termas o comprar una segunda domus en el litoral de la Bética o la Tarraconense. Viviendo de puta madre. Y con el boom del denario, y la exportación de ánforas de vino, y la agricultura, la ganadería, las minas y el comercio y las bailarinas de Gades todo iba como una traca.

Y entonces -en asuntos de Historia todo está inventado hace rato- llegó la crisis. La gente dejó el campo para ir a las ciudades, la metrópoli absorbía cada vez más recursos empobreciendo las provincias, los propietarios se tornaron más ambiciosos y rapaces atrincherados en sus latifundios, los pobres fueron más pobres y los ricos más ricos. Y por si éramos pocos, parió la abuela: nos hicimos cristianos para ir al Cielo.

sábado, 19 de octubre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (III)

Estábamos con Roma. En que Escipión, vencedor de Cartago, una vez hecha la faena, dice a sus colegas generales «Ahí os dejo el pastel», y se vuelve a la madre patria. Y mientras, Hispania, que aún no puede considerarse España pero promete, se convierte, en palabras de no recuerdo qué historiador, en sepulcro de romanos: doscientos años para pacificar el paisaje, porque pueblos tipo Astérix tuvimos a punta de pala. El sistema romano era picar carne de forma sistemática: legiones, matanza, crucifixión, esclavos. Lo típico. Lo gestionaban unos tíos llamados pretores, Galba y otros, que eran cínicos y crueles al estilo de los malos de las películas, en plan sheriff de Nottingham, especialistas en engañar a las tribus con pactos que luego no cumplían ni de lejos.

El método funcionó lento pero seguro, con altibajos llamados Indíbil, Mandonio y tal. El más altibajo de todos fue Viriato, que dio una caña horrorosa hasta que Roma sobornó a sus capitanes y éstos le dieron matarile. Su tropa, mosqueada, resistió numantina en una ciudad llamada Numancia, que aguantó diez años hasta que el nieto de Escipión acabó tomándola, con gran matanza, suicidio general (eso dicen Floro y Orosio, aunque suena a pegote) y demás.

Otro que se puso en plan Viriato fue un romano guapo y listo llamado Sertorio, quien tuvo malos rollos en su tierra, vino aquí, se hizo caudillo en el buen sentido de la palabra, y estuvo dando por saco a sus antiguos compatriotas hasta que éstos, recurriendo al método habitual -la lealtad no era la más acrisolada virtud local- consiguieron que un antiguo lugarteniente le diera las del pulpo.

viernes, 18 de octubre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (II)

Como íbamos diciendo, griegos y fenicios se asomaron a las costas de Hispania, echaron un vistazo al personal del interior -si nos vemos ahora, imagínennos entonces en Villailergete del Arévaco, con nuestras boinas, garrotas, falcatas y demás- y dijeron: pues va a ser que no, gracias, nos quedamos aquí en la playa, turisteando con las minas y las factorías comerciales, y lo de dentro que lo colonice mi prima, si tiene huevos.

 Y los huevos, o parte, los tuvieron unos fulanos que, en efecto, eran primos de los fenicios -«Venid, que lo tenéis fácil», dijeron éstos aguantándose la risa- y se llamaban cartagineses porque vivían a dos pasos, en Cartago, hoy Túnez o por allí. Y bueno. Llegaron los cartagineses muy sobrados a fundar ciudades: Ibiza, Cartagena y Barcelona -esta última lo fue por Amílcar Barça, creador también del equipo de fútbol que lleva su apellido y de la famosa frase Cartago is not Roma-.

jueves, 17 de octubre de 2013

Arturo Pérez-Reverte - Historia de España (I)

XLSemanal

Érase una vez una piel de toro con forma de España -llamada Ishapan: tierra de buenos conejos :-) , les juro que la palabra significaba eso-, habitada por un centenar de tribus, cada una de las cuales tenía su lengua e iba a su rollo. Es más: procuraban destriparse a la menor ocasión, y sólo se unían entre sí para reventar al vecino que (a) era más débil, (b) destacaba por tener las mejores cosechas o ganados, o (c) tenía las mujeres más guapas, los hombres más apuestos y las chozas más lujosas.

martes, 24 de septiembre de 2013

En todos los sitios cuecen habas

A raíz de la intención del Gobierno de proponer unificar el horario español con el que originalmente pertenecíamos, el británico y que eliminaría de los telediarios la coletilla de "una hora menos en Canarias", vuelve a salir a la salir a la luz el tópico de los españoles. Vagos, borrachos, y cuyo producto estelar es la siesta.

Sin ir más lejos, esta es la fotografía con la que The Telegraph retrata al español en su artículo:

¿Denigrante? ¿Insultante, tal vez? Las dos sirven y no faltan a la realidad. Clama al cielo que un periódico de tirada nacional utilice tal fotografía para representar a un país ante los ciudadanos ingleses que jamás visitarán o habrán visitado España para contrastar tal degradante representación.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

No diga recortes, diga independencia

Este no es un artículo para elogiar o criticar la independencia. De eso ya se ha hablado demasiado, y sin duda se volverá a hacer. Este es un artículo para demostrar una obviedad: que el debate sobre la secesión catalana es una perfecta pantalla con la que tapar las vergüenzas de un gobierno autonómico que hace poco entraba al Parlament en helicóptero y que ahora redirige toda crítica recibida como una crítica a Cataluña.
Mas-Colell, Conseller de Economía de la Generalitat

Bravo. Bravissimo, me atrevería a decir.

Para unos, como digo, esto no es más que una obviedad. La cortina de humo es una evidencia desde hace mucho e incluso me pueden tildar de inocente por publicar este artículo ahora. Para otros, y a estos va dirigido este artículo, decir que el Govern utiliza la independencia para ocultar su política económica es mezclar churras con merinas.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Diada de Catalunya: lección de historia

Hoy los catalanes celebramos nuestra Diada. Celebramos, hoy, 11 de septiembre, la entrada de las tropas borbónicas en Barcelona un día como hoy de 1714.

Los hay, sí, que aprovechan el día para reivindicar. Unos reivindican, mediante cadenas humanas, la libertad. (Curioso oximoron). Otros, como el PP catalán celebran su nefasta posibilidad de hacer nada que no sea llevar la contraria. Sin embargo no entraré a opinar sobre ninguno de los dos. Lo único que un día como hoy me permite recordar es que hoy, por encima de independentismos, de confrontaciones y chanchullos políticos, por encima incluso de la crisis, por encima de todo, Cataluña y España perdieron la Guerra de Sucesión.
Sitio de Barcelona (11 de septiembre de 1714)



lunes, 2 de septiembre de 2013

Conmigo o contra mí - Arturo Pérez-Reverte

"Yo no tengo ideología, yo tengo biblioteca". Así enuncia el célebre escritor español su manera de pensar cuando le piden que se 'moje'. Y en torno a ello gira el texto completo de su artículo en XLSemanal, a la habilidad que poseen los españoles, como he dicho varias veces anteriormente en este blog, para reducirlo todo al azul y al rojo, al claro y oscuro, al conmigo o contra mí. Este es el título de su artículo, que aquí transcribo, y del cual fervientemente recomiendo su lectura a todo aquel al que le pesen tanto las diferencias con su contertulio respecto a aquello que llaman ideologías que sea incapaz de verlo como nada más que su más profundo enemigo. Esto de lo que Pérez Reverte habla es sin duda a lo que el filósofo Ortega y Gasset se refería al definir el término 'hemiplejía moral'.

Conmigo, o contra mí
XLSemanal - 02/9/2013

Un lector me preguntó el otro día por mi escepticismo político: mi falta de fe en el futuro y mi despego de esta casta parásita que nos gobierna, sólo comparable a la desconfianza que siento hacia nosotros los gobernados: sin víctimas fáciles no hay verdugos impunes. Siempre sostuve, porque así me lo dijeron de niño, que los únicos antídotos contra la estupidez y la barbarie son la educación y la cultura. Que, incluso con urnas, nunca hay democracia sin votantes cultos y lúcidos. Y que los pueblos analfabetos nunca serán libres, pues su ignorancia y su abulia política los convierten en borregos propicios a cualquier esquilador astuto, a cualquier lobo hambriento, a cualquier manipulador malvado. También en torpes animales peligrosos para sí mismos. En lamentables suicidas sociales.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Cinco datos sobre la corrupción en España


La corrupción política es un problema en auge en España. Lo que ya es de dominio público con sólo mirar los informativos o leer la prensa no deja sino de confirmarse cuando, sin mucho esfuerzo, encontramos datos tan poco esperanzadores como los siguientes.

1.- España es un país corrupto

Así lo afirman, al menos, los españoles.Una reciente encuesta del CIS confirmaba la consolidación de la corrupción como el segundo mayor problema del país. El segundo problema tras el paro. ¡En un país con más del 25% de tasa de paro!
Esto no hace más que confirmar el total agotamiento de la sociedad española con la corrupción.Que sumado al abatimiento, la indignación y la desesperanza crean el caldo de cultivo ideal para confianza en nuestra economía, y sobre todo, en nuestras instituciones.
Soluciones, pocas. La regeneración política, que a priori debería ser una de las pocas salidas a la espiral de corrupción, no aparece entre las opciones de los españoles, que según nos indican las encuestas, parecen creer que la corrupción es generalizada entre nuestros políticos, tanto a nivel nacional, como al autonómico y municipal.

martes, 20 de agosto de 2013

La clase media y el Corte Inglés: dos enfermos terminales

Señores, ya no es primavera en el Corte Inglés. Después de varios meses de rumores finalmente los seis bancos más importantes de España han decidido refinanciar el 76% de su deuda, esto es 3.800 millones sobre un total de 5.000. ¿Y dónde está la noticia? En que esto es noticia.

Durante años, décadas más bien, lo único que sabíamos del Corte Inglés a través de los medios es que era un excelente calendario. "Ya es primavera", "Ha llegado la colección de otoño al Corte Inglés", "es Navidad". ¿Cómo iba a ser de otra manera si el gigante español era uno de los mayores contratadores de publicidad? ¿Qué medio iba a morder la mano que le daba de comer? Todo iba bien  hasta que dejó de ir.

¿Qué pasó? Algo muy sencillo. Durante la infancia de muchos de nosotros el Corte Inglés era algo nuevo. Ir allí era una excursión a Hollywood, podías sentirte uno de esos niños de las películas navideñas americanas, alucinado mirando cachivaches, luces por doquier, subiendo escaleras mecánicas, bajándolas y volviéndolas a subir. Pero algo pasó. La burbuja fue el perfecto caldo de cultivo para nuevos centros comerciales que aparecían como setas. Ya no hacía falta irte a una gran ciudad, cualquier pueblo grande podía tener uno a sus afueras. Se acabó la novedad.

"Competencia", debió pensar el señor Corte Inglés, "nada que deba preocuparnos". Al fin y al cabo, por alguna extraña razón la gente de clase media se sentía subiendo un par de peldaños sociales al subir por las escaleras del Corte Inglés cargada con sus bolsas blancas y verdes. "Nada que deba preocuparnos" continuaba pensando el señor magnate. El Corte Inglés no es un centro comercial al que se va vestido con chándal de domingo-que-me-quedo-en-casa, tiene 'glamour'.

Pero eso también se acabó. El Corte Inglés vivía de ser el centro comercial de la clase media que no quería ser clase media. La clase alta no compra medias marcas. Tampoco la clase menos pudiente al no poder permitírselas. Era la clase media la que, tarjeta de crédito en mano, se sentía rica por un día haciendo sus compras en un lugar que les daba 'glamour' a cambio de precios más altos que la competencia low-class.

Pero eso, como no, también se acabó. El Corte Inglés se convirtió en el pantalón sobaquero, en el sol y sombra, en el peinado raya en medio. Reinventarse o morir. Y murió. Porque, no le quitemos el mérito, consiguió fidelizar a una clientela, pero esa clientela envejeció sin haber sabido atraer a sus hijos. Unos hijos que poco a poco, con la crisis, bajaron peldaños y cada vez tenían menos de clase media.

Estos hijos de unos padres que creían que el Corte Inglés vendía calidad vieron como después de despedazar pyme tras pyme el Corte Inglés mantenía su stock gracias al mercado asiático. Y llegaron a una lógica pregunta: ¿Por qué comprar a un precio desorbitado un producto Made in China disponible a un precio inferior en cualquier otra tienda? ¿Por qué comprar las marcas disponibles en el Corte Inglés a un precio superior al de esas mismas tiendas fuera de ese centro comercial? La respuesta fue obvia.

Hay quien defiende todavía al Corte Inglés. Sacan a relucir sus activos por valor de 18.000 millones intentando reducir su deuda de 5.000 a la calderilla que suele uno llevar en la cartera. Aducen que los centros comerciales del Corte Inglés son la punta del iceberg de su volumen de negocio, que mantienen los uniformes de Guardia Civil y las Policías Locales, y hasta los sistemas informáticos de los ayuntamientos. Y lo dicen como si la mayoría de empresarios que hicieron fortuna durante la burbuja ahora no poseyesen activos inmobiliarios de los que son incapaces de desprenderse para pagar sus descubiertos millonarios. Lo dicen como si los ayuntamientos no entrasen en suspensión de pagos y continuasen aumentando el volumen de compra de servicios y de mantenimiento.

Con el Corte Inglés se hace cierta la frase que reza que no hay mejor noticia que el que no haya noticias. De repente hay noticias y no son buenas. Y esto asusta. El ser casi mitológico que es el Corte Inglés se hunde. Y cuando lo hace no paran de recordarnos los más de 100.000 puestos de trabajo que mantienen. Puestos de trabajo insostenibles hoy en día. Puestos de trabajo distribuidos de forma geográficamente equitativa por toda España.

Mientras sea invierno para la clase media lo será para el Corte Inglés. Y esto, señores, asusta.

lunes, 19 de agosto de 2013

Cortinas de humo

Con la escalada de tensión en Gibraltar por un lado y los escándalos de corrupción política por el otro la expresión cortina de humo parece ser inevitable en cualquier artículo o conversación que trate acerca de ello. ¿Pero lo es realmente?

El término no tiene otro origen que el militar. En sentido estricto refiere a aquello que impide ver al enemigo los propios movimientos de la tropa. De aquí deriva el sentido al que nos referimos, por el cual una cortina de humo es todo aquello que aleja a la gente de aquello que queremos evitar que vea.

¿Pero son dos noticias solapadas siempre una cortina de humo? Por supuesto que no. Por reducción al absurdo encontramos ilógico afirmar que cuando en el noticiario nos informan de la elevada asistencia de turistas a las playas españolas tras antes informarnos de un robo con violencia en una urbanización la primera noticia es una cortina de humo que trate de ocultar la segunda.

lunes, 5 de agosto de 2013

Carta de un catalán al Presidente del Gobierno

Señor Presidente:

Sí, soy (como reza el título) un catalán, y al contrario que cierto paisano mío no le dirijo esta carta para pedirle que otorgue el derecho a realizar ninguna consulta. No, el único motivo de esta carta es pedirle respeto. Sí, respeto.

Un respeto que se ha negado históricamente a Catalunya, a esta y a cualquier región no castellana. Señor, España no es una y grande. De hecho España cuando más grande fue, fue cuando fueron muchas Las Españas. España no es Castilla, mal que le pese y no le entre en la cabeza asimilarlo.

martes, 4 de junio de 2013

Mensaje de Napoleón a los españoles.

Gaceta de Madrid, 3 de junio de 1808

De Napoleón, Emperador de los franceses...

Españoles: después de una larga agonía, vuestra nación estaba a punto de morir. He visto vuestros problemas y voy a remediarlos. Vuestra grandeza y vuestro poder es parte del mío. Vuestros príncipes me han cedido todos sus derechos a la Corona de España; yo no deseo reinar en vuestras provincias; pero deseo adquirir derechos eternos al amor y reconocimiento de vuestra posteridad. Vuestra monarquía es vieja; mi misión es rejuvenecerla; yo mejoraré vuestras instituciones, y veré con ello que os beneficiáis de las ventajas de la reforma sin experiencia de conflictos, desórdenes y disturbios por vuestra parte.

Españoles: he convocado una asamblea general de representantes de las provincias y ciudades. Yo mismo quiero saber vuestros deseos y necesidades. En ese momento transferiré mis derechos, y colocaré vuestra gloriosa corona en la cabeza de otro. Os aseguraré una constitución que reconcilie la adecuada y deseable autoridad del gobernante con las libertades y privilegios del pueblo.

Españoles: recordad lo que vuestros ancestros eran, y ahora mirad en lo que os habéis convertido. No es vuestra culpa, sino la del mal gobierno que os ha regido. Depositad vuestra entera esperanza y confianza en las actual situación; porque quiero que incluso vuestros descendientes me recuerden y digan de mí: él fue el regenerador de nuestra patria.





lunes, 3 de junio de 2013

Lo sublime

Sublime.

Sublime es un adjetivo que él sólo evoca sublimidad. ¿Etimológicamente qué es? Ascensión, elevación. Pero no una subida lenta, no, y así nos lo deja ver la ciencia que aplica el verbo sublimar al paso directo de sólido a gas sin pasar por lo gaseoso. Así lo sublime es el ascensor que permite ver a través de sus vidrios la escalera paralela a éste y lo lentos que son los pasos escalón a escalón.