lunes, 24 de febrero de 2014

Últimos casos de manipulación mediática

Ha pasado un día del polémico falso documental de Jordi Évole en Salvados. No ha dejado indiferente a nadie. Los unos le acusan de enterrar la credibilidad que le había costado ganarse dejando atrás el personaje de El Follonero. Los otros alaban el mensaje del documental: no os creáis todo lo que encontréis en los medios.

Dejando en paréntesis esta discusión de si hizo bien Jordi Évole con la película del 23F no podemos obviar el mensaje del documental. Desde aquí ya hemos puesto énfasis varias veces en que los medios sirven tanto para informar como para convencer. Que el cuarto poder (la prensa) no es neutral y responde a intereses económicos e ideológicos y que habría que suponer una ingenuidad máxima para suponer que no existe una intención más allá de la de presentar noticias y hechos.

Sin embargo, fueron muchos los que ayer se dieron cuenta de esta realidad. De lo fácil que es creerse cosas si las cuenta alguien o algo de nuestra cuerda. De lo fácil que es creerse lo que uno, de antemano, ya quería creerse. O lo que es mucho más triste: de cuán sencillo es para la televisión presentar unos hechos como la verdad sin que apenas nadie se la cuestione.

Para estos recién llegados a la realidad de que la prensa engaña y de qué manera. Para los que todavía dudan y ponen en aquellos cercanos a su ideología el bastón de la verdad única vamos a repasar algunos de los casos más recientes de manipulación mediática.

Cocina creativa en las encuestas

El término ganó popularidad a principios de este mismo mes de febrero. El Secretario de Organización del PSOE calificaba la reciente encuesta sobre intención de voto del CIS de "tener más cocina que MasterChef". Y no se equivocaba, ni para el bien de su partido ni para el malo.

Diferencia entre la encuesta y la estimación
Un análisis superficial de la encuesta nos dejaba claro que la intención directa de los encuestados situaba al Partido Socialista, ¡por delante del PP! ¿Cómo podía entonces el CIS acabar detallando una victoria del PP en unas futuras elecciones? Debido a la cocina de las encuestas.

Por los fogones de los analistas pasan los ingredientes crudos de las encuestas, la intención de voto, los votos anteriores y la opinión de los partidos. Estos ingredientes no se pueden servir directamente en la mesa, reflejan un abstencionismo altísimo y un voto en blanco o nulo también muy elevado. Es aquí donde comienza la cocina, es aquí, donde cada maestrillo aplica su librillo. Cada analista aplica su receta.

Sobrecalificar la influencia de la opinión y los votos anteriores sobre el voto futuro. O simple y llanamente obviar la inclusión entre las opciones de algunos partidos políticos minoritarios son prácticas comunes entre esta cocina creativa de encuestas.

¿El problema? Cuando a un recetario se le suma el de un partido. Cuando un partido obvia las encuestas desfavorables y pone acento en las que aseguran su victoria o disminuyen su descalabro.

Psicólogos y politólogos son muy conscientes de la actuación que lleva a cabo para el electorado leer una encuesta según su resultado, llegando a cambiar el sentido de su voto según los datos de tal encuesta. Por ello las más peligrosas son las más cercanas a las elecciones, aunque no por ello dejan de tener su función las que nos encontremos estos días. La única solución, como todas, poner en paréntesis cada encuesta por separado y verlas en su conjunto. Comparando. No puede ser que dos encuestas de un mismo mes difieran en más de un 20%. Y menos puede ser aún que nos las creamos a pies juntillas.

Las fotos de las manifestaciones venezolanas

Las recientes manifestaciones contra el régimen bolivariano de Maduro en Venezuela nos han dejado lo que ya nos habían dejado los anteriores conflictos del país caribeño. Una cruda y vulgar retahíla de manipulaciones. No hay ángeles. No hay santos. Ambos bandos manipulan según su interés. El bando socialista disminuye o altera los datos económicos y sociales de su gobierno a placer. Cierra televisiones ajenas al régimen. O acalla las voces de los insurrectos.

Pero ya lo he dicho, no hay ángeles, no hay santos. Y esta misma semana nos encontrábamos con unas imágenes sangrientas y violentas aireadas y extendidas por el sector contrario a Maduro. Unas imágenes que reflejaban lo crudo de las manifestaciones, la violenta represión del ejército bolivariano contra los manifestantes. Sangre, heridas, balazos podíamos encontrar, imágenes que harían enrojecer al más férreo de los partidarios del gobierno bolivariano.
Muestra de la manipulación: imágenes de otros conflictos

¿O no? Más bien no. Las imágenes resultaron ser una burda manipulación de la que no cuesta nada destapar con un poco de búsqueda. Google y su herramienta de búsqueda de imágenes servía para darse cuenta de que las imágenes pertenecían a otros conflictos. Ucrania, Grecia, Egipto. Incluso imágenes de la cadena por la independencia de Cataluña servían para poner a la opinión pública contra el gobierno venezolano.
Más muestras de la manipulación

La pereza ayudó a quienes impulsaron las imágenes. Medios y particulares se tragaron sin masticar las imágenes hasta que se dieron cuenta de la realidad. Estaban siendo manipulados.

El Gamonal

A mediados de enero el barrio burgalés de El Gamonal se hacía fuerte en los titulares de los periódicos y abría los informativos. El motivo, el descontento vecinal contra la construcción de un bulevar que eliminaría 350 plazas de párking gratuito y pondría en su lugar 250 de estacionamiento de pago. El descontento se convirtió en manifestaciones y algunos altercados afloraron en la ciudad en detrimento de la lucha pacífica que propusieron los organizadores.

Pese a ello la manipulación mediática no se hizo esperar. Ya fuese con el fin de deslegitimar la agitación contra la obra en Burgos o, simplemente, el de desalentar la lucha social contra las distintas desfachateces dadas en el resto de España, el caso es que fueron varias las muestras de que los medios de comunicación son tan útiles como grande es el daño que pueden hacer.

Las famosas imágenes del coche... ¡de Guipúzcoa!
Desde la mediática respuesta de un vecino en medio de una retransmisión en la que el enviado informaba de que se habían roto escaparates en distintos comercios de la zona, a la que el airado vecino repuso que sólo a los bancos. Hasta la afirmación de que se habían trasladado efectivos de la kale borroka desde el País Vasco para alentar a los altercados. Varias fueron las perlas que nos encontramos en los medios aquellos días y que hubiesen pasado limpias a la opinión pública si no hubiese sido por la rápida respuesta y refutación de las falsas informaciones dadas. Sin olvidar la inclusión, al igual, que en el caso venezolano, de imágenes de altercados en Guipúzcoa para informar de los altercados en El Gamonal. Todo vale.

Todo vale para justificar unas ideas. Tergiversar datos. Poner gráficos deliberadamente sesgados. O directamente inventar noticias. Somos influenciables. Pero ya está bien de ponérselo tan fácil. Tenemos juicio, usémoslo. Es triste que tenga que venir Jordi Évole a hacernos dar cuenta de esta realidad, pero más triste sería ser conscientes y no hacer nada al respecto.

Nunca hemos tenido tanta capacidad de comparar informaciones, y en su lugar nunca nos habían manipulado tanto. Podemos utilizar los medios que tenemos a nuestro alcance, comparar medios de información con líneas editoriales completamente contrarias para hallar el mínimo común denominador; comprobar las fuentes a veces es tan fácil como abrir un libro o hacer un clic.
Con ese simple gesto podemos desinflar una noticia engañosa o sesgada, calificarla de errónea e incluso conseguir que la editen o eliminen.

En estos tres casos la manipulación fue detectada y el error fue rápidamente subsanado evitando que la opinión pública cayese en la trampa de aquellos que inventaron las noticias o las manipularon. Es posible, por lo tanto evitar o disminuir la manipulación. Lo reitero, disponemos de los medios, utilicémoslos.




1 comentario:

  1. Lo de Gamonal lo recuerdo con especial rabia. Pero se nota contra qué tenían miedo: al final consiguieron lo que pretendían y a la castuza se lo tuvo que comer.

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